Pictionary
El juego se llama Pictionary. El objetivo: llegar a la meta del colorido caminito con la ayuda de los dados y la destreza para dibujar, en menos de un minuto, el objeto, animal o persona que las tarjetitas indicaban.
El "point" fue la casa de Giancarlossss, lugar donde unos días antes habíamos probado el juego y al tener tanta aceptación decidimos repetir el plato el sábado que venía, y aprovechando el fin de semana alguien tuvo la gran idea de hacer una pijamada. Todo empezó con reunirnos en la casa ya mencionada así que durante la espera algunos nos pusimos a jugar con la computadora del anfitrión. Una vez que estábamos Abraham, la tía Tarina, Giancarlo, Evelin, Charito y yo, emprendimos rumbo hacia el tan mentado "Pato Pekin", un chifita situado a la altura del paradero "siete" de la avenida Las Palmeras, y una vez allí llenamos estómagos para toda la noche, claro que ni la presencia de una rataza en el camino aplacó nuestro apetito.
Al regreso, Evelin abordó la computadora con un ágil desplazamiento para continuar con "El Hombre Araña 2" que había dejado a medias. Fue entonces que Giancarlo le sugirió entrar al "modo sigiloso", y la máquina no hizo más ruido alguno. Ante la mirada aterrada del dueño y los comentarios atinados de Abraham me acerqué a la máquina para la inspección correspondiente a lo que siguió el diagnóstico: la fuente de alimentación estaba quemada. Después de ser testigos del malhumor de Giancarlo y de lo irritante que puede llegar a ser Abraham, vino lo esperado: armar el tablero y formar los grupos -con Macher incluído- para lo cual recurrimos al casi olvidado "Fu-Man-Chu" y a diseñar nuevas reglas pues el juego es para 2 grupos rivales y no para 3 como lo habíamos acordado.
Empezado el juego, entre risas, gestos de interogación y papel bulky desperdiciado, resaltaron las expresiones gráficas de arte post moderno y abstracto de Charito "Picasso" Cotrina. Realmente mi bellísima novia impactó a todos con su destreza para plasmar en el papel lo que había en su mente, de verdad, descuadró a todos.
El "point" fue la casa de Giancarlossss, lugar donde unos días antes habíamos probado el juego y al tener tanta aceptación decidimos repetir el plato el sábado que venía, y aprovechando el fin de semana alguien tuvo la gran idea de hacer una pijamada. Todo empezó con reunirnos en la casa ya mencionada así que durante la espera algunos nos pusimos a jugar con la computadora del anfitrión. Una vez que estábamos Abraham, la tía Tarina, Giancarlo, Evelin, Charito y yo, emprendimos rumbo hacia el tan mentado "Pato Pekin", un chifita situado a la altura del paradero "siete" de la avenida Las Palmeras, y una vez allí llenamos estómagos para toda la noche, claro que ni la presencia de una rataza en el camino aplacó nuestro apetito.
Al regreso, Evelin abordó la computadora con un ágil desplazamiento para continuar con "El Hombre Araña 2" que había dejado a medias. Fue entonces que Giancarlo le sugirió entrar al "modo sigiloso", y la máquina no hizo más ruido alguno. Ante la mirada aterrada del dueño y los comentarios atinados de Abraham me acerqué a la máquina para la inspección correspondiente a lo que siguió el diagnóstico: la fuente de alimentación estaba quemada. Después de ser testigos del malhumor de Giancarlo y de lo irritante que puede llegar a ser Abraham, vino lo esperado: armar el tablero y formar los grupos -con Macher incluído- para lo cual recurrimos al casi olvidado "Fu-Man-Chu" y a diseñar nuevas reglas pues el juego es para 2 grupos rivales y no para 3 como lo habíamos acordado.
Empezado el juego, entre risas, gestos de interogación y papel bulky desperdiciado, resaltaron las expresiones gráficas de arte post moderno y abstracto de Charito "Picasso" Cotrina. Realmente mi bellísima novia impactó a todos con su destreza para plasmar en el papel lo que había en su mente, de verdad, descuadró a todos.
La noche fue pasando, así como el malhumor de Giancarlo producto del reciente desvanecimiento de su computadora, y llegamos a la segunda ronda de Pictionary donde ya con sólo 2 nuevos grupos decidimos jugar no más con dibujos sino con representaciones pantomímicas más conocidas como "Charadas", lo que produjo más risas, más dinamismo al juego y la participación de casi todos (Giancarlo seguía molesto).
Así dieron las 4:30 de la madrugada y dejamos a un lado el Pictionary y cada uno escogimos un sitio donde poder dormir al menos un par de horas. Los lugares fueron cambiando hasta el punto que Giancalo bajó un colchón para que durmamos Abraham, Charito y yo... obviamente el chato fue expulsado de una manera notablemente imperceptible.
Las risas siguieron, las bromas iban y venían, y no faltaron los clásicos "ya pues dejen dormir...". Así, sin darme cuenta me quedé dormido -y creo que fui el único que lo pudo hacer- y a la mañana siguiente la dueña de la casa nos ofreció desayuno, oferta que mi adorable novia no dudó en rechazar en lo más mínimo. Fue más o menos durante la conversación sobre los pasados amorosos de cada uno de los presentes, la cual tuvo como objetos de burla a las llamémosles "tristes y desesperadas" primeras experiencias de Giancarlo con el sexo opuesto, o mejor dicho con objetos que representaban al sexo opuesto, y así ante la mirada estupefacta de Evelin conocimos a "Gloria", y eso fue la cereza del postre.
Casi a las 11 de la mañana servimos el desayuno: cafecito, infusiones, pan, mantequilla y un paquete de jamonada armaron la mesa.
Ahora sólo nos queda planear la siguiente reunión, tener las pilas cargadas para la cámara y juntar los centavos necesarios para pasar otro episodio divertido en nuestra historia.
Hasta la próxima gente.